Galeria de Pinturas Obras más Importantes de la Historia
Obras más Importantes de la Historia

La Mona Lisa

La Gioconda

La Mona Lisa es una de las pinturas más famosas, misteriosas y relevantes en lo que se refiere a obras pictóricas; esta obra nunca ha sido tasada, es decir, nunca ha tenido valor comercial. Obra que se le atribuye a Leonardo Da Vinci, uno de los grandes pintores en la historia del arte. Actualmente localizada en el Museo del Louvre en Francia, de donde fue robada el 21 de agosto de 1911 por Vicenzo Peruggia, quien al parecer, desempeñaba un cargo laboral en el mismo museo donde cometió el delito.

Características de la obra

El cuadro de La Mona Lisa es una obra hecha sobre una delgada tabla de madera de Álamo de 77x53 cm, en el que se retrata a una mujer florentina llamada Monna Lisa di Antonio Maria. Según Giorgio Vasari, gran teórico del renacimiento, Mona Lisa nación el 15 de junio de 1479 en el barrio del Espíritu Santo en Florencia (Italia), y murió el 15 de julio de 1542 a los 63 años de edad en el Convento de Santa Ursula de Florencia (Centro del Norte de Italia). Vasari comenta también que la Gioconda, apodada así por haber contraído matrimonio con un comerciante llamado Francesco di Bartolommé di Zanobi, Márquez del Giocondo, hija de Antonio Maria di Nolfo Gherardini, tenía una edad comprendida entre los 25 y 30 años en la época en la que la pintura estaba siendo elaborada.

Descripción de la obra

En los detalles del cuadro podemos describir a la dama sentada en un sillón, y apoya sus brazos en los antebrazos del asiento. Mona Lisa tiene las manos entrelazadas y posicionadas sobre el estómago. De fondo se puede apreciar un paisaje con abundante neblina y rocas, típico de Leonardo, ya que le proporciona una característica romántica que se ve resaltada por la manera en que se combinan el personaje y el paisaje.

Detalle de las manos

Giorgio Vasari, teórico mencionado anteriormente, comenta que Leonardo trabajó en la obra de La Mona Lisa alrededor de cuatro años. También habla acerca de cierto valor sentimental de parte de Leonardo hacia la obra, hecho que se comprueba porque Da Vinci lleva la pintura a Francia y nunca se separa de ella.

Teorías propuestas acerca de la sonrisa de La Mona Lisa

Con respecto a la sonrisa de Mona Lisa se han propuesto diferentes teorías en las que se mencionan las características fundamentales de la misma. Una de ellas las propone Margaret Livingstone, experta en percepción visual, quien dice que si observamos directamente hacia la misteriosa sonrisa de La Gioconda, ésta nos dará la impresión de que simpatiza con nosotros, pero si observamos el cuadro como tal, la pintura reflejará un sentimiento inexplicable, es decir, parecera que la dama no expresa ningún tipo de emoción.




La Última Cena

La Ultima Cena

La última Cena" de Leonardo Da Vinci es un fresco de 4,60 x 8,80 metros pintado entre 1495 y 1498, en la pared del refectorio de la iglesia de Santa Maria delle Grazie (Milán), elegida por el duque Lodovico como capilla y mausoleo de familia, y cuyo tribuna y presbiterio había hecho renovar por Bramante en 1492.

Técnicamente no se puede afirmar que sea un fresco, ya que este sistema le parecía a Leonardo muy precipitado. Esto le llevó a pintar con óleo sobre el yeso seco, técnica experimental que provocaría un rapidísimo deterioro de La Última cena, provocando numerosas restauraciones.Varias inundaciones acaecidas en Milán contribuyeron al deterioro de la obra. La incorporación de una puerta en la sala en 1652, cercenó los pies de varios personajes del mural.En 1797 un ejercito francés utilizó la sala como establo deteriorando la obra aún más. En 1943 los bombardeos aliados pusieron su grano de arena en el progresivo deterioro de la obra. En 1977 se inició un programa de restauración y conservación que mejoró en gran medida el mural. No obstante gran parte de la superficie original se ha perdido.

La Composición:

Usando la horizontalidad teatral pinta una gran mesa cuadrada, los apóstoles sentados alineados a ella con Jesucristo en el medio y detrás una sala grande con ventanas al exterior, viéndose un paisaje montañoso en ellas; todo bajo un techo de vigas de madera. Todo ello elaborado con formas cuadradas (las ventanas, la mesa, la caída del mantel en la mesa, el techo, los varales rectangulares).

Leonardo ilumina la escena con luz artificial a su conveniencia también; prescinde de la iluminación natural que suministrarían las ventanas traseras y solo la usa para difusamente aureolar la cabeza de Cristo durante este momento que anuncia la traición de Judas, para dar un contraluz. La visión desde las ventanas aporta perspectiva y una visión hasta la lejanía por el paisaje que desde ellas se aprecia.

El Tema Presentado:

La pintura refleja el momento de la última cena en el que Jesús anuncia que entre los discípulos hay un traidor. Se forman cuatro grupos de tres personajes donde cada uno plasma una emoción humana: estupor, ira, miedo... Es sabido que Leonardo utilizó personas reales como modelos para los personajes del mural. Incluso se retrató a sí mismo el segundo empezando por la izquierda como se puede ver en la imagen. Esto es lo que cuenta Mateo Bandello, novicio del convento sobre la ejecución de La Última Cena:"Llegaba bastante temprano, se subía al andamio y se ponía a trabajar. A veces permanecía sin soltar el pincel desde el alba hasta la caída de la tarde, pintando sin cesar y olvidándose de comer y beber. Otras veces no tocaba el pincel durante dos, tres o cuatro días, pero se pasaba varias horas delante de la obra, con los brazos cruzados, examinando y sopesando en silencio las figuras. También recuerdo que en cierta ocasión, a mediodía, cuando el sol estaba en su cenit, abandonó con premura la Corte Vecchia, donde estaba trabajando en su soberbio caballo de barro, y, sin cuidarse de buscar la sombra, vino directamente a Santa Maria delle Grazie, se encaramó al andamio, cogió el pincel, dio una o dos pinceladas y se fue".




La Creación de Adám

La Creación de Adám

La creación de Adán es un fresco en el techo de la Capilla Sixtina, pintado por Michelangelo alrededor del año 1511. Ilustra el episodio bíblico del Génesis en el cual Dios le da vida a Adán, el primer hombre (según la tradición bíblica). Cronológicamente es el cuarto de los paneles que representan episodios del Génesis en el techo de la capilla, fue de los últimos en ser completados y es una de las obras de arte más apreciadas y reconocidas en el mundo.

Composición
Dios es representado como un hombre anciano y con barba envuelto en una alborotada túnica color púrpura, la cual comparte con unos querubines. Su brazo izquierdo está alrededor de una figura femenina, normalmente interpretada como Eva, quien no ha sido creada aún y, en sentido figurado, espera en los cielos a que le sea dado un lugar en la Tierra. El brazo derecho de Dios se encuentra estirado, para impartir la chispa de vida de su propio dedo al de Adán, cuyo brazo izquierdo se encuentra en idéntica posición al de Dios. Es famoso el hecho de que ambos dedos están separados por una mínima distancia. La pintura tomó de tres a cuatro años en ser completada.
Las posiciones idénticas de Dios y Adán se basan en el Génesis 1:27, que dice que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Al mismo tiempo Dios, que aparece flotando en el aire contrasta con la imagen terrenal de Adán, quien se encuentra acostado en una estable triángulo de tierra. El nombre de Adán viene del hebreo y significa hombre y la forma femenina. La inspiración de Ángel pudo haber venido del himno medieval Veni Creator Spiritus, en el que se pide que el dedo de la mano paterna derecha (digitus paternae dexterae) de a los fieles amor y corazón.

Teorías anatómicas
Varias hipótesis han surgido en torno al significado de la composición original de La creación de Adán. Muchas de éstas toman la bien documentada experiencia de Miguel Ángel en la anatomía humana como punto de partida. En 1990, el doctor Frank Lynn Meshberger publicó en la Revista de la Asociación Médica Norteamericana que las figuras y sombras representadas tras la figura de Dios aparecían como una acertada representación del cerebro humano incluyendo el lóbulo frontal, el quiasamasa óptico, el tronco del encéfalo, la hipófisis (o glándula pituitaria) y el cerebelo. Alternativamente, ha sido observado que el manto rojo alrededor de Dios tiene la forma del útero humano y que la bufanda verde que cuelga de él, podría ser un cordón umbilical recién cortado
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El Juicio Final

El Juicio Final

En el año 1535, veinticinco años más tarde de que Miguel Ángel pintase la bóveda de la Capilla Sixtina, otro Papa, Paulo III (de la familia Farnesio) le encargó la decoración de la pared posterior de la iglesia, en la cabecera de la capilla. Esta obra va a suponer la culminación del estilo pictórico del genial artista, quien tardó en realizarla cinco años.

No utiliza los artificios de la división espacial de la bóveda, aunque hay cuatro bandas horizontales perfectamente diferenciadas debajo de los lunetos superiores que configuran el muro. Las escenas no quedan individualizadas por falsas arquitecturas que organizan el espacio, sino que toda la interpretación que Miguel Ángel realiza del “Juicio Final” se muestra en una sola representación indivisible.

En la mitad superior de la pared se encuentra el mundo celeste, con una figura central que atrae nuestra atención, es un Cristo heliocéntrico que gira sobre sí mismo en una línea compositiva helicoidal (la toman los manieristas, es la línea serpentinata), que tiene a su madre, María a su lado sentada, enroscada sobre sí misma. Es un Cristo Juez, presentado totalmente desnudo, con un brazo en alto, rodeado por una serie de gigantescas figuras que parecen aterrorizadas en su presencia, de manera que incluso María parece recogerse con cierto temor. Como reflejo de la perfección divina escoge representar la belleza del cuerpo humano desnudo, ya que como neoplatónico que es, concibe la absoluta pureza como representación de la desnudez. Claro que, más tarde la Curia romana encarga a Daniel Volterra cubrir los desnudos (motivo por el que era conocido como “Il Braghetone”). Alrededor de Cristo, formando una primera corona se sitúan santos, patriarcas, profetas,…y más abajo confesores, mártires, vírgenes. A los pies del Salvador, aparecen dos mártires en una posición principal, son San Lorenzo y San Bartolomé (que aparece mostrando su pellejo, donde según se dice el rostro que representa en él, es el autorretrato del artista), a los que estaban dedicadas las capillas de la Asunción y la Sixtina. En la parte superior, en los dos lunetos, observamos grupos de ángeles que llevan instrumentos de la Pasión.

En la mitad inferior de la pared vemos a los ya juzgados que, o bien suben al cielo por la izquierda o son arrastrados al infierno por la derecha. En el centro unos ángeles despiertan a los muertos de sus tumbas. En la zona inferior izquierda está simbolizada la “Resurrección de los Muertos” y en la derecha el traslado de los condenados ante el juez infernal “Minos” en la barca de Caronte, fusionando así el mundo cristiano con el de la mitología clásica. En el centro, una caverna que puede ser la boca del infierno (o la entrada al limbo), hace que se pueda relacionar la obra con el mito de la caverna de Platón, dado el neoplatonismo que caracterizó el pensamiento de Miguel Ángel.

En esta obra observamos una fuerza ascendente arrolladora en los elegidos que van hacia la Gloria, y una caída al abismo de los que se condenan, plasmada con una grandiosidad sin par gracias a los potentes escorzos. Las figuras están realizadas en una escala grandiosa, no solo el Pantocrátor, sino el Bautista, San Pedro, San Pablo, San Bartolomé, etc. En su conjunto resulta una conmoción anteclásica, por sus atrevidísimos escorzos, la vorágine de cuerpos en vuelo, por semejar una especie de tapiz plano, sin buscar la captación de la tercera dimensión, tan solo la utilización del fondo azul que, como color frío que es hace que las figuras tiendan a alejarse. Todo este conjunto de elementos, los atrevidos escorzos, el movimiento enroscado, la deformación del canon, el abigarramiento de las figuras, y la gama cromática metalizada, van a ser los principales elementos que adopten los pintores que continúan trabajando el la segunda mitad del siglo XVI, los manieristas.




El Nacimiento de Venus

El Nacimiento de VenusEl Nacimiento de Venus es una de las obras más famosas de Botticelli. Fue pintada para un miembro de la familia Médici, para decorar uno de sus palacios de ocio en el campo. El tema mitológico era habitual en estos emplazamientos campestres, surgiendo imágenes como la Primavera o Venus y Marte. Venus es la diosa del amor y su nacimiento se debe a los genitales del dios Urano, cortados por su hijo Cronos y arrojados al mar. El momento que presenta el artista es la llegada de la diosa, tras su nacimiento, a la isla de Citera, empujada por el viento como describe Homero, quien sirvió de fuente literaria para la obra de Botticelli. Venus aparece en el centro de la composición sobre una enorme concha; sus largos cabellos rubios cubren sus partes íntimas mientras que con su brazo derecho trata de taparse el pecho, repitiendo una postura típica en las estatuas romanas de las Venus Púdicas. La figura blanquecina se acompaña de Céfiro, el dios del viento, junto a Aura, la diosa de la brisa, enlazados ambos personajes en un estrecho abrazo. En la zona terrestre encontramos a una de las Horas, las diosas de las estaciones, en concreto de la primavera, ya que lleva su manto decorado con motivos florales. La Hora espera a la diosa para arroparla con un manto también floreado; las rosas caen junto a Venus ya que la tradición dice que surgieron con ella. Técnicamente, Botticelli ha conseguido una figura magnífica aunque el modelado es algo duro, reforzando los contornos con una línea oscura, como si se tratara de una estatua clásica. De esta manera, el artista toma como referencia la Antigüedad a la hora de realizar sus trabajos. Los ropajes se pegan a los cuerpos, destacando todos y cada uno de los pliegues y los detalles. El resultado es sensacional pero las pinturas de Botticelli parecen algo frías e incluso primitivas.




El Matrimonio Arnolfini

El Matrimonio ArnolfiniEl matrimonio Arnolfini. (National Gallery, Londres) es una de las pinturas más conocidas de todas las primitivas holandesas. Fue ejecutada mediante la técnica, recientemente perfeccionada, de la pintura al óleo, que permitió a los pintores flamencos representar la incidencia de la luz y las variadas texturas de las superficies iluminadas por ella, con un grado de fidelidad inalcanzable por la pintura al temple. La antigua creencia de que Jan van Eyck fue el «inventor» de la pintura al óleo está equivocada, pero las cualidades inherentes a este nuevo medio sólo pudieron ser explotadas a fondo por un maestro de su talla. Trabajando con barnices traslúcidos de óleo meticulosamente aplicados, representó con brillantez una amplia gama de substancias diferentes. El metal sumamente pulido del candelabro de bronce, el pesado terciopelo de la noble túnica del hombre y el pelo hirsuto del perrito. Todo ello está representado con notable fidelidad a la naturaleza. El tema de la pintura está lo suficientemente claro: una pareja, vestida de acuerdo a la moda de la época, permanece de pie en una alcoba confortablemente amueblada. Sin embargo, el realismo de la primitiva escuela flamenca estaba directamente unido a los requerimientos de un arte religioso y simbólico. Como doble retrato de cuerpo entero, El Matrimonio Arnolfini es notable en la pintura del siglo XV, por lo que resulta legítimo suponer que el cuadro poseía alguna significación especial. Resulta aparente, por la postura ceremonial que asumen el hombre y la mujer, que se está produciendo un acontecimiento solemne, y su calzado, apartado a un lado, sugiere que se trata de una ocasión religiosa. Que la escena sagrada está relacionada con el matrimonio está patente, no sólo por la relación que hay entre ambas figuras, sino también por el significado simbólico de los objetos de la alcoba. El lecho es un símbolo claro del matrimonio, las naranjas denotan fructificación, y la talla del remate de la silla junto a la cama representa a Santa Margarita, la santa patrona de las mujeres que van a dar a luz. Así, pues, si la pintura representa una ceremonia nupcial en desarrollo, podemos preguntar dónde está el sacerdote y por qué se celebra la ceremonia en una casa en vez de en un templo. A diferencia de los otros seis sacramentos, el matrimonio es el único no conferido por el clero, sino directamente por los mismos contrayentes partícipes en el acto. Hasta las reformas del Concilio de Trento, instituidas en 1563, era completamente legal para un hombre y una mujer casarse sin sacerdote y en cualquier lugar donde creyeran conveniente hacerlo. En el espejo de la pared del fondo de la estancia en la que se desarrolla la escena, se reflejan dos hombres de cara a la pareja. Probablemente sean los testigos laicos de la ceremonia. Si suponemos que el mismo van Eyck fue uno de ellos, su firma cobraría una nueva importancia: «Johannes de Eyck fuit hic» significa literalmente «Juan van Eyck estuvo aquí». Aunque van Eyck solía firmar sus obras, la elaborada caligrafía gótica de su firma recuerda la escritura ceremoniosa reservada para los documentos legales. Esto no resultaría sorprendente si El Matrimonio Arnolfini era lo que parece: un certificado de matrimonio pictórico.




La Persistencia de la Memoria

El Museo d'Orsay

La persistencia de la memoria (La persistance de la mémoire) es una obra que reúne muchas características de la pintura de Salvador Dalí. Como en tantos cuadros suyos, el fondo es la bahía rocosa de Port Lligat. Retenidas por una extensa llanura, aparecen yuxtapuestos elementos diferentes que provocan el asombro del espectador tanto por su heterogeneidad como por su singular aspecto. 

El retrato del pintor, que aparece en primer plano, se asimila a un caracol arrastrándose por el suelo, cuyo cuerpo se pierde en la oscura arena como huella de color. Tres de los relojes de oro y plata representados en primer plano son blandos, se adaptan al cuerpo del caracol y cuelgan de la rama de un árbol sin hojas y del borde del resalto de una pared. El único reloj que parece conservar su consistencia normal está pintado en rojo y es devorado por las hormigas reunidas a su alrededor. 

En el cuadro de Dalí no se cuestionan sólo la materialidad de lo representado, su color y su congruencia; también los signos del tiempo -el verdadero tema del cuadro- experimentan un cambio profundo, difícilmente comprensible desde el punto de vista racional. El tiempo fugitivo, que asimismo tiene su expresión simbólica en el cuerpo del caracol en disolución, autorretrato del pintor, no se refleja sólo en el avance de las manecillas, sino en la fusión de los relojes. A su vez, el reloj rojo invadido de hormigas es como una señal de alarma que llama la atención sobre la muerte, lo mismo que el esqueleto de árbol de la parte izquierda del cuadro. ¿Se relacionan estos signos de muerte con la cabeza sin vida tendida en el suelo y el cuerpo en disolución del pintor? ¿Refleja la angustia mortal inconsciente o representa La persistencia de la memoria que le paraliza? 

En La vida secreta de Salvador Dalídonde el artista habla extensamente sobre la realización de este cuadro, no admite de ninguna manera su posible contenido simbólico, confirmando una vez más su afirmación de que él mismo no llegaba a descubrir el sentido enigmático de sus obras, su contenido inconsciente. «Al terminar la cena tomamos un camembert muy blando -explica Dalí- y, cuando se marcharon todos, me quedé largo rato en la mesa, pensando en los problemas filosóficos de lo "superblando" que el queso me planteaba. Me levanté para ir a mi estudio, donde encendí la luz para dar una última mirada, como tengo por costumbre, al cuadro que estaba pintando. Esta pintura representaba un paisaje cercano a Port Lligat, cuyas rocas estaban iluminadas por un transparente y melancólico crepúsculo; en el primer término había un olivo con las ramas cortadas y sin hojas. Sabía que la atmósfera que había logrado crear con este paisaje había de servir de marco a alguna idea, a alguna sorprendente imagen; pero no tenía ni idea de cuál sería. Me disponía a apagar la luz, cuando instantáneamente "vi" la solución: dos relojes blandos, uno de ellos colgando lastimosamente de las ramas del olivo. Aunque me atormentaba un terrible dolor de cabeza, preparé afanosamente mi paleta y me puse a trabajar.» 

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La Ncohe Estrellada

La Noche EstrelladaOrigen del Cuadro

Pintado en 1889, la obra trata de las vistas nocturnas que tenía Van Gogh desde su habitación en el sanatorio mental de Saint-Remy, donde pasó los últimos años de su vida.

En segundo plano el pueblo, cuya tranquilidad y colores sombríos contrasta con la enérgica composición del cielo, donde sus voluptuosas texturas y trazos en espiral transmiten vivacidad y dinamismo. Se dice que Van Gogh expresaba así que la obra está centrada en el cielo y no en la tierra.

La Noche Estrellada en Cartas de Vincent

Según comentaba el artista en una de sus cartas a su hermano Theo, esta era la visión del pueblo que él contemplaba por la madrugada desde su ventana. La gran estrella iluminada de blanco, que el artista define en su carta como “la estrella de la mañana”, es realmente el planeta Venus según los expertos.

También menciona su enorme deseo de pintar el cielo en una carta dirigida a Émile Bernard (también pintora postimpresionista de la época) “¿Cuándo voy a conseguir hacer el cielo estrellado, ese cuadro que siempre está en mi mente?” decía en junio de 1888.

Influencias de Van Gogh en el Arte

No sólo es uno de los cuadros más reproducidos y versionados de la historia, ha ido mucho más allá, inspirando a artistas pictóricos y de otras disciplinas, uno de los famosos es Don Mclean quien al leer la vida de Van Gogh se inspiró en el cuadro para escribir su canción más famosa: “Vincent”. Mclean, declarado admirador de la obra y vida del pintor, escribe emotivas palabras: 
“Y cuando no quedaba esperanza en una noche estrellada, tomaste tu vida como suelen hacer los amantes, pero podría haberte dicho: Vincent este mundo nunca fue para personas tan bellas como tú”

Actualmente la obra se encuentra como exposición fija en el MOMA, The Museum of Modern Art de Nueva York.




Guernica

Guernica

Reflejo fiel de una época y de unas luctuosas y dramáticas circunstancias, el lienzo Guernica nació para formar parte del Pabellón Español en la Exposición Internacional de París, de 1937. El motivo que impulsó a Pablo Picasso a realizar la escena representada en esta gran pintura fue la noticia de los bombardeos efectuados por la aviación alemana sobre la villa vasca que da nombre a la obra, conocidos por el artista a través de las dramáticas fotografías publicadas, entre otros diarios, por el periódico francés L'Humanité. A pesar de ello, tanto los bocetos como el cuadro no contienen ninguna alusión a sucesos concretos, sino que, por el contrario, constituyen un alegato genérico contra la barbarie y el terror de la guerra. Concebido como un gigantesco cartel, el gran lienzo es el testimonio del horror que supuso la Guerra Civil española, así como la premonición de lo que iba a suceder en la Segunda Guerra Mundial. La sobriedad cromática, la intensidad de todos y cada uno de los motivos, y la articulación de esos mismos motivos, determinan el extremado carácter trágico de la escena, que se iba a convertir en el emblema de los desgarradores conflictos de la sociedad de nuestros días.

Guernica ha suscitado numerosas y polémicas interpretaciones, circunstancia a la que contribuye indudablemente la voluntaria eliminación del lienzo de cualquier tonalidad ajena a la grisalla. Al analizar su iconografía, uno de los estudiosos de la obra, Anthony Blunt, divide a los actores de esta composición piramidal en dos grupos, el primero de los cuales está integrado por tres animales: el toro, el caballo herido y el pájaro alado que se aprecia tenuemente al fondo, a la izquierda. Los seres humanos componen un segundo grupo, en el que figuran un soldado muerto y varias mujeres: la situada en la zona superior derecha, que se asoma por una ventana y sostiene hacia fuera una lámpara; la madre que, a la izquierda del lienzo, grita llevando al hijo muerto; la que entra precipitadamente por la derecha; y finalmente, la que clama al cielo, con los brazos alzados, ante una casa en llamas.

En este mismo contexto, tampoco hay que olvidar que dos años antes, en 1935, Picasso había grabado al aguafuerte laMinotauromaquia, obra sintética que condensa en una sola imagen todos los símbolos del ciclo dedicado a este animal mitológico y que es, a la vez, el antecedente más directo de Guernica.
Los acontecimientos de la vida privada de Picasso, junto a los sucesos políticos que atribularon al continente europeo en el período de entreguerras, se fusionan en los motivos creados por el pintor en estos momentos, para dar lugar tanto al propio Guernica como a sus bocetos y post scriptum, considerados como unas de las obras de arte más representativas del siglo XX.




El Grito

El GritoEl grito es una de las pinturas mas famosas del mundo y está considerada la obra más importante del simbolista Edvard Munch. El interés de Munch por la representación expresiva de las emociones a través del arte y el modo en que supo plasmarlas a través de su pintura, hace que esté considerado uno de los precursores más influyentes del Expresionismo.

Originalmente llamó a esta pintura El grito de la naturaleza (Der Chrei der Natur) y fue creada como parte de la serie Friso de la vida sobre la vida moderna, el amor, la angustia y la muerte. Para esta imagen Munch se inspiró en un texto autobiográfico que escribió en su diario en enero de 1892:

Estaba caminando por la carretera con dos amigos - el sol se ponía - sentí como un soplo de melancolía - El cielo de repente se volvió de un rojo sangre - Me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio - sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad - mis amigos continuaron- y yo me quedé atrás - temblando de ansiedad - sentí un grito interminable que atravesaba la naturaleza.

Edvard Munch pintó 4 versiones similares de El Grito, pero no idénticas, entre los años 1893 y 1910. La versión de 1893 se alberga en la Galería Nacional de Noruega, la otra versión pintada con tempera en 1910 junto con la versión con pastel de 1893 son propiedad del Museo Munch en Oslo.
La única versión que permanece en una colección privada es la versión a pastel sobre tabla pintada en 1895. Esta versión de El grito tiene además la singularidad de ser una de las obras de arte más caras de la Historia. Fue subastada por Sotheby’s en 2012 por 119.922.000 dólares al empresario estadounidense Leon Black.

Dos de las otras versiones también aparecieron en los medios de comunicación cuando fueron las protagonistas de dos robos: El 22 de febrero de 1994 en la Galería Nacional de Noruega (recuperada sin daños el 7 de mayo de 1994) y el 22 de agosto del 2004 en el Museo Munch (recuperada con daños el 31 de agosto del 2006).

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