La Figura Humana:

La forma más usual y práctica para establecer las proporciones de la figura es tomar la cabeza como medida base. Si utilizamos como referencia la altura de la cabeza del personaje que dibujemos se puede fácilmente construir el resto del cuerpo con las medidas adecuadas.

En la siguiente imagen tomamos las medidas de un hombre normal y un hombre que seria un personaje mitològico o extraordinario.

En la siguiente imagen tomamos las medidas para una mujer normal y una mujer esbelta.

La Figura en Movimiento:

Para dibujar la figura en movimiento no podemos contar con un esquema fijo que muestre todas las posibilidades  pero si podemos tomar como base la medida de base de la cabeza y hacer un estudio de las articulaciones y movimientos del cuerpo.

El movimiento de la figura se esquematiza a partir de un esqueleto muy sencillo, pero debidamente proporcionado, que ofrece una versión básica de la articulación de las distintas partes del cuerpo.

Si disponemos de un maniquí articulado también puede ser de gran ayuda.

La Figura en Perspectiva:

Dibujar la figura en perspectiva es dibujarla desde distintos puntos de vista y supone una cierta práctica, así como de un conocimiento de las formas anatómicas básicas. Además debemos tener conocimiento de las leyes de las perspectivas para poder dar mayor originalidad a nuestros dibujos.

Podemos utilizar como guía el rectángulo dividido en 8 partes que utilizamos para dibujar la figura estática.

Lo primero que debemos considerar es que la figura ya no es plana sino que tiene volumen.  Por lo tanto, ahora situaremos el plano con las proporciones correctas delante de la figura.

Situando el rectángulo en la posición que deseemos y dándole siempre la fuga correspondiente, podremos adaptarle la figura, conservando en todo momento, gracias a las 8 divisiones, las proporciones correctas.

La Cabeza:

Dibujar la cabeza y el rostro es una de las facetas del dibujo más complejas que nos vamos conseguir, al igual que las otras partes del cuerpo vamos a estudiar las proporciones correctas.

Cabeza Adulta vista de frente:

La cabeza se sitúa dentro de un rectángulo, el cual se divide primero por la mitad y, a partir del lugar de nacimiento del cabello, en tres partes iguales. La primera parte comprende la frente; la segunda va de las cejas a la nariz y, la última, hasta la barbilla.

Cabeza Adulta vista de perfil:

El encajado se hará ahora más cuadrado. Las líneas horizontales continúan siendo válidas para determinar las proporciones de la cara. La línea vertical nos servirá para indicar la posición de la oreja. Los triángulos señalados en el dibujo anterior son aquí hendiduras o protuberancias bien definidas.

Cabeza infantil vista de frente:

La cabeza infantil es más redondeada que la del adulto; por eso el encajado tenderá más al cuadrado. A partir de las cejas, las facciones ocupan sólo la mitad inferior de la cabeza. La boca se sitúa más cerca de la barbilla que en el adulto.

Cabeza infantil vista de perfil:

Aquí el encajado es ya un cuadrado. La circunferencia craneana ocupa casi toda la cabeza. En el cuarto inferior caben todas las facciones. La oreja, al contrario que en el adulto, está situada más abajo.

La Cabeza en Perspectiva:

El encajado de la cabeza puede realizarse empleando a la vez una esfera y un cubo. No importa cuál sea la perspectiva que nos agrade. Siempre la esfera y el cubo serán la base sobre la que situaremos los puntos de referencia y esbozar la figura deseada. Bastará con situar los seccionamientos de la esfera, y la línea de proporciones en el ángulo que deseemos, para lograr la perspectiva buscada.

Las Facciones:

El rostro humano en el sujeto es lo más variable y precisamente por esta variedad es fácil su identificación. Las posibilidades de combinación con las facciones son infinitas, y más aún si tenemos en cuenta que cada elemento del rostro (nariz, labios, cejas, etc) puede adquirir, a su vez, infinidad de formas. Esto es una suerte para el dibujante, pues le permite crear tantos rostros distintos como desee, siempre y cuando domine esta riqueza de rasgos.

Los ojos, nariz y boca constituyen los tres elementos principales a la hora de diferenciar los rostros.

Las Facciones:

Las manos tienes una gran cantidad de movimientos y articulaciones que la constituyen en un tema artístico por sí mismo. Es la parte del cuerpo que ofrece el mayor número de posiciones distintas. También son muy importantes a la hora de lograr que tienes obras transmitan estados de ánimo de las figuras.

Para las proporciones de la mano idealmente, la longitud total de la mano (desde la base del pulgar hasta el extremo del dedo medio) es igual a 2 veces su anchura. Encajando el dibujo de una mano en un rectángulo de tales proporciones, la línea media de ese rectángulo (la que lo divide en 2 cuadrados iguales) coincidiría con los nudillos y la última falange del pulgar, en el dorso, y con la prominencia de la base de los dedos, en la palma; de esto se deduce que a longitud del dedo medio equivale a la mitad de la longitud total de la mano. Los dedos índice y anular son de la misma longitud, algo más cortos que el medio; y el meñique llega, aproximadamente, hasta la última falange del anular.

Para el estudio de la mano en perspectiva y poder representar su infinidad de movimientos conviene observar mucho y practicar, también la “mano articulada” te puede ayudar en muchos casos.

Los Pies:

A pesar irregular los pies son más fáciles de dibujar que las manos porque tienen  menor movilidad. Además al contrario de las manos, los pies nunca suelen ser representados vistos de cerca. Sabiendo representar correctamente las cuatro vistas fundamentales (perfil interior, perfil exterior, frente y cara posterior) se puede abordar casi cualquiera tema de figura con garantías de éxito.